martes, 17 de abril de 2007

Me intelecto

Me intelecto y como insecto me deleito en tu esqueleto. Me refriego, me desvelo, me empenelo pero menos, y me disparo, nada raro, como a un aro. Aro de fuego, en el que juego, y mi ego se derrumba ante mi esmero. Ahí me distraigo, ahí me desvano, me interparo y me submarcho. Me suelto esbelto y me divierto. Danzo, abrazo, y abrasno. Abrasno porque burro si me aburro mientras juro no ser fruto de tu absurdo truco burdo. Pero caigo entre las copas todas rotas de lo poca y qué corta! Y qué corta que es la vida: si te tengo sin tenerte si te puedo manejar, pero no ser tu manjar, si te puedo condenar, pero no resucitar. Si puedo ser tu juez pero no ser tu vejez, si puedo ser tu lecho pero nunca tu techo, si puedo ser tu puerta pero no ser tu silueta. Allí me desgano, todo en vano, me rebano y me decaigo. Me desplomo sobre el plomo de la bala de este otoño. Me congelo y me submuero en el suelo y no en el cielo, como dicen los que tristes te bendicen con perdices. Pero te busco y te susurro y te embrujo y te amordungo. Te reviento, te invento, desinvento, reinvento, sobreinvento y subinvento. Te desmiento, no te miento, pero siento que no es cierto. Y ahi me lloras, me sofocas, me calientas, me serpientas, me deboras, me ingnoras, me saboras, y me imploras. Luego, exalas, te enmalas, te intercalas, te regalas, te rebajas, te exhalas, te embalas, te flagas, te enraras, te descajas, te resbalas, te obstralas y te enalas. Y yo me rio, me inhibo, me describo, me cariño, me enamoro, me desplomo, me duermo, me despierto, me vuelo, me regreso, me invierto, me vierto. Me recuerdo, me he abierto en descontento. Los valles, Apalaches, remaches, escraches, las calles, los bares, los Alpes, los sables, los autos. Los astros, los soles, los does, los pobres. Los ricos, los chicos, los mixtos, los fríos. Los trenes, los bienes, las sienes, serpientes. Aviones, relojes, colchones, matones. Revistas, las vistas, el mar y las piscas. Las flores, los bosques, los hombres, los sobres. Los osos, las aguas, los patos, los llantos. Las cuevas, las tierras, la luna y la espuma. Las reinas, las hienas, las hiedras, sirenas. Naufragios, templarios, lenarios, plenarios. Avenidas, alpinistas, mosquitas, moscones. Mosqueteros, invernaderos, implementos, inventos. Las llaves, los Andes, la musica, el susto. César, miseria, linternas, despensas. Romántico, atlántico, asmático, románico. Y vos. Y ahí, siempre, siempre entre las luces, siempre entre las hojas, siempre entre las plumas, y siempre entre la tierra, siempre entre lombrices, siempre acá, siempre allá, y siempre donde no hay siempre para estar siempre sin ver el nunca, estás vos.
Y por eso , y ahí robo pues todo no puedo hacelrlo sin dudas ni musas ni humo ni embudo, y es preciso pues me erizo sin indicios y tal vicio te edenizo.

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